Bajo cumplimiento a la dieta mediterránea y sedentarismo, principales factores de riesgo cardiovascular en niños y preadolescentes españoles

Salud

  • viernes, 15 de abril de 2022

Un 35% de los niños españoles con edades entre 1 y 15 años tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular

The hearth org. Medscape. Carla Nieto Martínez. 22 /3/ 2022 

Un 35% de los niños españoles con edades entre 1 y 15 años tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular, un porcentaje que es aún mayor (40,7%) en los menores que pertenecen a los segmentos sociales más desfavorecidos, señalan los resultados de la segunda ola de la Encuesta de Salud (ESFEC) realizada por la Fundación Española del Corazón (FEC), en colaboración con Sigma Dos, cuyos resultados se presentaron en el marco de la celebración del Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular (14 de marzo). 

"El objetivo de esta encuesta es determinar la situación ponderal y los hábitos relacionados con el riesgo cardiovascular, como el perfil alimentario, el grado de actividad física y otros factores del estilo de vida, como el sueño o la adherencia al ocio sedentario (pantallas y demás)", explicó el Dr. Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y miembro del Comité de Nutrición de la Fundación Española del Corazón, durante la presentación de la encuesta.

La metodología empleada consiste en un muestreo aleatorio estratificado basado en 410 encuestas telefónicas realizadas a unidades familiares de todo el territorio nacional. Las variables investigadas fueron: estado de salud (salud percibida, problemas crónicos, consumo de fármacos), peso, talla y situación ponderal, alimentación (se incluyeron cuestionarios de frecuencia de consumo y cumplimiento a la dieta mediterránea), realización de la actividad física calidad del sueño y variables de clasificación sociodemográfica (sexo, edad, clase social), con la intención de determinar qué factores del entorno podrían estar influyendo en la sobrecarga ponderal.
Los datos demuestran que 20,5% de los encuestados tiene sobrepeso y 8,7% obesidad. Por sexos, el sobrepeso es mayor en las niñas (23,7%) que en los niños (17,4%). Por el contrario, la cifra de obesidad es más alta en los niños (11,6%) que en las niñas (5,9%). Por grupos de edad el sobrepeso es similar en ambos, mientras que la obesidad es más frecuente en los más pequeños (de 1 a 9 años).
Respecto al nivel de actividad física, la encuesta reflejó que el 51% de los menores son sedentarios, una cifra mayor en el caso de los niños (53,6%) que en el de las niñas (48,5%). Estos porcentajes se disparan hasta 66,5% en el segmento de 10 a 15 años, mientras que descienden a 39,8% en los menores de 10 años. Del análisis de este sedentarismo desde la perspectiva del segmento social se desprende que los menores de clase alta son más sedentarios (53,3%) que los de clase media (49%) y los de entornos más vulnerables (50%).

Para la determinación de los hábitos dietéticos se incluyó un cuestionario a modo de checklist para valorar el tipo de alimentos y la frecuencia con la que esta población seguía la pauta de dieta mediterránea, ya que se considera que hasta hoy es la más cardiosaludable. La encuesta pone en evidencia un cumplimiento muy bajo a este patrón dietético: 39,1% sigue una dieta de muy mala calidad, según la puntuación del índice del KIDMED de cumplimiento a la dieta mediterránea. Por sexos, 42,3% de las niñas presenta un bajo cumplimiento frente a 36,2% de los niños. Este dato empeora con la edad, siendo de 38,1% en los menores de 1 a 9 años y aumentando a 40,8% en aquellos de 10 a 15 años. "Un factor que explicaría este bajo cumplimiento es el poco 'atractivo' de la pauta mediterránea, en el sentido de que la preparación de los alimentos suele resultar más laboriosa y complicada que otras opciones, como la fast food y los modelos delivery, por ejemplo. Pero hay que recordar y hacer esfuerzos por difundir mensajes del tipo: 'Más tiempo en la cocina, menos tiempo en la consulta médica' y concienzar a la población de todas las edades que para comer bien hay que comprar bien, lo que lógicamente lleva su tiempo", destacó el especialista.

De la encuesta también se deduce que apenas el 6,9% de los menores presenta un alto cumplimiento a la dieta mediterránea. El análisis de estos datos por clases sociales reveló que el segmento en el que se aprecia alto cumplimiento (7%) es el de los menores pertenecientes a las clases bajas (8,0%) frente a 6,9% de las clases medias y 5,9% de la clase alta. Esta diferencia puede deberse a que "en el segmento social más bajo hay una mayor tendencia a introducir más legumbres y otros ingredientes que están fuera de la pauta dietética habitual en estas edades, que es a base de procesados y alimentos de origen animal".

Un aspecto positivo respecto a los hábitos alimenticios fue que un alto porcentaje (94,7%) desayuna diariamente y este es un avance importante porque hace no muchos años esas tasas estaban en torno a 30%. Hay que tener en cuenta que no solo en niños, sino también en adultos, un desayuno equilibrado tiene que ver con el índice ponderal, de forma que a peor desayuno mayor sobrecarga ponderal.

El Dr. Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón, señaló que uno de los aspectos más llamativos de los resultados de la encuesta es la disociación "sorprendente" que se tiene tanto a nivel personal como familiar respecto a cómo piensan que es la salud cardiovascular de los niños y adolescentes y lo que refleja la realidad. Los datos demuestran que la percepción de las familias sobre el estado de salud de los menores a su cargo es calificada como "bueno" o "muy bueno" por parte de 97% de los encuestados. Esta percepción es similar en todos los estratos sociales. "Frente a esta percepción, los datos llevan a calificar la salud cardiovascular en este segmento de población como deficiente y, sin embargo, no existe concienciación sobre ello, una situación paradójica que pone de relieve la necesidad de abordar las enfermedades cardiovasculares desde edades tempranas a través de la prevención y la promoción de la salud", afirmó el Dr. Íñiguez. "Teniendo en cuenta que no se han evaluado factores de riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes o la hipercolesterolemia y nos centramos en los que sí se han analizado, por orden de mayor a menor prevalencia están en primer lugar el bajo cumplimiento a la dieta mediterránea, (39,1%) y el sedentarismo (51%), factor al que hay añadir el hecho de que 88,5% de los niños pasa una hora o más tiempo frente a las pantallas entre semana, aumentando el porcentaje a 89,4% en el fin de semana. A estos le siguen el sobrepeso (20,5%) y la obesidad (8,7%); en este sentido, si se suman los datos de sobrepeso y obesidad se evidencia que 29,6% de los niños españoles tiene sobrecarga ponderal”.

Otra variable analizada fue la calidad del sueño. Tipificando el periodo de sueño ideal entre las 8 a 9 horas diarias, el estudio reflejó que este solo se alcanza en 3,4% de los niños y 4,6% de las niñas. "Entre los factores implicados en ello pueden estar cenas copiosas o problemas emocionales, pero se sabe que la luz azul de la pantalla de los dispositivos genera un impacto negativo sobre la glándula pineal vía visual, lo que a su vez puede favorecer un desarreglo en la melatonina, que deriva en la aparición de problemas como el insomnio o la mala calidad del sueño en la población susceptible. Esto también tiene un impacto importante en la sobrecarga ponderal", comentó el Dr. Aranceta. 

En cuanto a los problemas de salud crónicos más frecuentes en los casos de sobrepeso y obesidad, la prevalencia entre los encuestados fue de 11,5%, siendo los más frecuentes las alergias (3,8%), bronquitis (3,2%) y asma y los trastornos de piel (2,9% en ambos casos). Asimismo, y en cuanto al consumo de fármacos, 12,3% afirmó haber tomado un fármaco recetado por un médico en las dos últimas semanas.

Finalmente y como estrategias para mejorar la realidad expuesta en esta encuesta respecto a los factores de riesgo cardiovascular, el Dr. Íñiguez aludió a las recomendaciones de la Fundación Española del Corazón al respecto, entre ellas, mejora de la gestión y la calidad de la oferta alimentaria en los comedores escolares y disminución del desperdicio de alimentos, incluir una hora más de actividad física a la semana en educación infantil y primaria, fomentar la práctica del "recreo activo" y sustituir las máquinas de venta por otras que expendan alimentos saludables: agua, frutas o lácteos.

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