¡Haz ejercicio! Por ti el primero y por todos tus nietos

Salud

  • jueves, 15 de agosto de 2024

Los beneficios del ejercicio físico, ajustado a las posibilidades y necesidades de cada persona, se han ido demostrando paulatinamente.

Las mejoras que proporciona el ejercicio en enfermedades cardiovasculares, osteomusculares, oncológicas y de salud mental han ocupado numerosos estudios en los últimos años. 

En el ámbito de la neurología, los profesionales consideran que se trata de una intervención sólida en el estilo de vida conocida por su mejora de las capacidades cognitivas. Ya se ha demostrado además que las mejoras cognitivas resultantes del ejercicio físico pueden heredarse de padres a hijos, lo que demuestra efectos intergeneracionales.

Pero, ¿es posible que su transmisión entre generaciones se mantenga también hasta los nietos? Se trata de un aspecto de comprensión limitada en el que una nueva investigación publicada en Journal of Neuroscience ha arrojado luz. Sus hallazgos resaltan la transmisión transgeneracional duradera de los beneficios cognitivos asociados con el ejercicio, incluso después de dos generaciones, lo que sugiere que el entrenamiento físico moderado puede tener efectos positivos duraderos, posiblemente orquestados por un conjunto específico de microARNs que ejercen su influencia a lo largo de múltiples generaciones.

Por tanto, se puede afirmar que los efectos del ejercicio físico moderado no sólo los experimentan quienes lo practican, sino que se transmiten como herencia al menos hasta la segunda generación: los nietos.

José Luis Trejo, del Departamento de Neurociencia Traslacional del Instituto Cajal, del CSIC, donde dirige el grupo Estilo de vida y cognición, explica que "esta herencia transgeneracional -que salta más de una generación, de abuelos a nietos- tiene lugar mediante mecanismos epigenéticos, en concreto los microARNs, de los que ya existe literatura científica evidenciando que pasan de generación en generación a través de los espermatozoides o los óvulos. En concreto, en este estudio se ha demostrado que el perfil de expresión de los microARNs que presentan diferencias en los nietos, tienen como diana un grupo de genes que ya estaban diferencialmente expresados en sus padres y en sus abuelos. Como solo estos últimos (los abuelos) son los que habían hecho ejercicio, todo apunta a que los microARNs responden al ejercicio físico y ejercen sus efectos sobre los genes diana a través de varias generaciones".

“En cuanto a los beneficios concretos, Trejo señala que concretamente, los nietos han heredado de sus abuelos tanto "una mayor capacidad cognitiva (aprendizaje y memoria en tareas espaciales y no espaciales) muy específica, así como un perfil genético y epigenético de expresión que se mantiene a través de las generaciones". 

Sin embargo, aclara, que otros rasgos como el aumento del número de nuevas neuronas (neurogénesis adulta en el hipocampo) que "sí se transmitieron de abuelos a padres, no han llegado a los nietos. Esto indica que, aunque existe transmisión transgeneracional de los beneficios cognitivos, algunos de los efectos celulares ya se están desvaneciendo".

De hecho, las primeras autoras del trabajo, Elisa Cintado y Patricia Tezanos, sugieren que el mismo mecanismo mediado por los micro ARNs regularía también los efectos adversos de un estilo de vida sedentario para la salud corporal y cerebral y que repercutirían sobre la descendencia.


MÁS INFORMACIÓN:

Grandfathers-to-Grandsons Transgenerational Transmission of Exercise Positive Effects on Cognitive Performance.
https://www.jneurosci.org/content/44/23/e2061232024/tab-article-info


 

Compartir