Desarrollan un algoritmo que detecta la esquizofrenia a partir de una huella dactilar

Salud

  • sábado, 31 de diciembre de 2022

Investigadores españoles desarrollan el primer algoritmo artificial para el diagnóstico de la enfermedad basado en tres dedos de la mano izquierda.

En las últimas décadas ha habido avances en el conocimiento y tratamiento de la esquizofrenia, pero no en su diagnóstico, algo que podría mejorarse gracias a una sencilla prueba basada en las huellas dactilares que, en fase de estudio, ha mostrado una fiabilidad del 70% identificando a personas que tienen riesgo de sufrirla.

Poder identificar a estos pacientes obliga a

  • Descartar otros problemas de salud mental como el trastorno bipolar
  • Hacer una exploración física, análisis y pruebas de imagen (RMN o TC)
  • Realizar una evaluación psiquiátrica.

Con todo ello pueden pasar más de seis meses hasta que la persona logra tener un diagnóstico y ser tratado de manera específica; y, para entonces, su vida y la de su familia puede haber sufrido ya un importante desgarro.

En la esquizofrenia, el factor genético es el más relevante. Se estima que tiene un peso del 80% de la enfermedad. La probabilidad de que se presente un caso en una familia es mayor si otro familiar está ya diagnosticado de la enfermedad.

También influyen factores ambientales durante la gestación como, por ejemplo, que la madre haya sufrido una infección durante el desarrollo del feto.

Eso hizo pensar a los investigadores de la Fundación de Investigación de la Congregación de Hermanas Hospitalarias (Fidmag), que dispone de una red de centros de salud mental repartidos por la geografía nacional, y del CIBER de Salud Mental (Cibersam) en la posibilidad de que la esquizofrenia dejase marcas en las huellas dactilares, puesto que los patrones dermatoglíficos, una vez formados, permanecen invariables desde el nacimiento (por eso se usan en el registro e identificación oficial de los ciudadanos). De hecho, las huellas dactilares se consideran un marcador del neurodesarrollo temprano por tener un origen embrionario común con el sistema nervioso central (se desarrollan conjuntamente durante las mismas semanas de gestación).

Los científicos del Fidmag y Cibersam aprovecharon los últimos avances en inteligencia artificial, en concreto el llamado aprendizaje profundo, y desarrollaron varios algoritmos avanzados para tratar de identificar los patrones de pacientes con esquizofrenia y de personas sanas en las huellas dactilares, y los probaron hasta dar con el más preciso, que se basó en tres dedos (pulgar, índice y corazón) de la mano izquierda.

El proyecto derivó en un estudio multicéntrico que, aunque están pensando en patentar el sistema, ya han publicado en Schizophrenia Bulletin. El estudio incluyó las huellas dactilares de unas 1.500 personas; 600 enfermos con esquizofrenia y 850 controles sanos. Es así como se validó en primera instancia el algoritmo que alcanza una fiabilidad del 70 % identificando  huellas dactilares de personas con riesgo de esquizofrenia y huellas dactilares de personas sanas.

El resultado confirma que la prueba es un potencial marcador de riesgo de la enfermedad así como una herramienta fácil de usar (con un pequeño aparato de recogida de la imagen de las huellas digitales y un ordenador o, incluso, un móvil) y fiable para detectar el riesgo de enfermedad inmediata y/o su futura aparición.

Antes de llevarla al uso clínico generalizado, hay que definir cuestiones que incluyen la bioética. Descartan su uso para cribado poblacional (buscar personas con riesgo entre la población sana sin antecedentes familiares), entre otros motivos porque la prueba tiene un 30% de fallos.

Identifican dos grupos que sí podrían beneficiarse de este método de detección:

  • Personas que empiezan a tener síntomas o se presentan en urgencias con un primer episodio psicótico
  • Personas con riesgo genético significativo.

Sugieren que, incluso tratándose de familiares cercanos de pacientes con la enfermedad, habría que aplicar esta prueba con sumo cuidado.

El grupo de científicos implicados tiene ante sí la posibilidad de investigar la relación entre la genética y los patrones (o alternaciones) de la enfermedad hallados en las huellas dactilares de los pacientes con esquizofrenia. Y también tienen la opción de comprobar si este mismo algoritmo serviría en otras enfermedades que tienen su origen en el desarrollo fetal.

Para acceder al estudio: https://academic.oup.com/schizophreniabulletin/advance-article/doi/10.1093/schbul/sbac173/6851123?searchresult=1

Compartir